ESCENA INFLACIONAL EN EL DÍA DEL TEATRO
(Tomate🍅y Berenjena🍆están en la frutería, discutiendo sobre el aumento de precios de los productos)
Tomate: ¡Caramba Berenjena, la cosa está muy fea! ¿Has visto lo que está pasando con la inflación?
Berenjena: Claro que lo he visto, Tomate. La inflación es como el hambre: siempre está presente.
Tomate: Pues esta vez se ha puesto más brava que un perro rabioso. Hasta los precios de los tomates están subiendo.
Berenjena: Y los de las berenjenas también. Pero mira el lado positivo ¡al menos estamos subiendo en la escala social!
Tomate: ¿Cómo que subiendo en la escala social?
Berenjena: Bueno, antes éramos solo dos verduras más en la frutería, pero ahora somos dos verduras inflacionarias. ¿No te parece que suena más elegante?
Tomate: (suspirando) No sé, Berenjena. A mí me gustaría más bajar en la escala de precios.
Berenjena: (riéndose) ¿Y qué propones? ¿Que nos pongamos en oferta?
Tomate: (frunciendo el ceño) No sé, pero algo tenemos que hacer. La gente ya no nos va a comprar si seguimos así.
Berenjena: (pensando) Tienes razón. Podemos hacer una huelga de hambre. A lo mejor así llamaríamos la atención.
Tomate: (murmurando) ¿Huelga de hambre? ¿Cómo vamos a hacer una huelga de hambre si somos verduras?
Berenjena: (encogiéndose de hombros) Bueno, podemos hacer una huelga de hambre líquida. Solo beber agua y esperar a que la inflación se vaya.
Tomate: (riéndose) ¡Eres una genio, Berenjena! Pero creo que prefiero seguir siendo una verdura inflacionaria. Al menos suena más interesante.
Berenjena: (riendo) ¿Ves? Siempre hay que buscar el lado positivo.
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